lunes, 3 de diciembre de 2012

Rito de la bendición de la corona de Adviento y oración del primer domingo


Monición:

Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza.

El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad.

Oración al comienzo del Adviento:

La tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado.

Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces.

Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día el esplendor de la corona con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.

Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración del primer domingo de Adviento:

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, queremos caminar alegres hacia ti, porque Tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Unidos en una sola voz digamos Padre nuestro...

V. Ven Señor Jesús, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
R. Y seremos salvados.

Amén.

Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.