viernes, 10 de agosto de 2012

Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús


Señor Jesús, Redentor del género humano; míranos humildemente postrados ante tu altar. Tuyos somos y queremos ser y, para que podamos hoy unirnos más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.

Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos; ten misericordia de unos y otros, Señor Jesús, y atráelos a todos a tu Santísimo Corazón.

Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que éstos prontamente regresen a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.

Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia y vuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que, en breve, no haya sino un solo redil y un solo Pastor.

Concede, Señor, a tu Iglesia, segura y completa libertad; otorga la paz a las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos vino la salud. A Él la gloria y el honor por los siglos de los siglos.

Amén.