martes, 10 de febrero de 2009

De un Dios que se encarnó


De un Dios que se encarnó muestra el misterio
la luz de Navidad.

Comienza hoy, Jesús, tu nuevo imperio
de amor y de verdad.

El Padre eterno te engendró en su mente
desde la eternidad,
y antes que el mundo, ya eternamente,
fue tu Navidad.

La plenitud del tiempo está cumplida;
rocío bienhechor
baja del Cielo, trae nueva vida
al mundo pecador.

¡Oh santa noche! Hoy Cristo nacía
en mísero portal;
Hijo de Dios, recibe de María
la carne mortal.

Hoy, Señor Jesús, el hombre en este suelo
cantar quiere tu amor,
y, junto con los ángeles del Cielo,
te ofrece su loor.

Este Jesús en brazos de María
es nuestra redención;
cielos y tierra con su abrazo unía
de paz y de perdón.

Tú eres el Rey de paz, de ti recibe
su luz el porvenir;
Ángel del gran Consejo, por ti vive
cuanto llega a existir.

A ti, Señor, y al Padre la alabanza
y de ambos al Amor.

Contigo al mundo llega la esperanza;
a ti gloria y honor.

Amén.
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Este himno está tomado de la Liturgia de las Horas del día de Navidad.